Es curioso que nos defendamos de la filosofía del emprendimiento con la excusa de que no somos buenos para las ventas. Muchos dicen que prefieren ser empleados con un puesto y sueldo fijos. Pero resulta que la base de la acción es la actitud, es encender ideas, los seres humanos somos creadores que heredamos de Dios la sensación de ¡crear cosas, de citar, avivar y mantener ideas!
Dibujamos, construimos, creamos una cita con nuestra pareja, creamos una familia, creamos hijos, creamos un proyecto de vida, creamos un negocio, por tanto, el emprender con algo lo llevamos en la sangre, la misma que nuestro corazón impulsa por las venas sin motivo ni razón aparente. Tenemos más ansias de hacer cosas que de quedarnos pasivos, queremos seguir vivos y activos.
